Milwaukee está en todo su derecho de celebrar la renovación de contrato de Giannis Antetokounmpo pero también es consciente que esa alegría puede durar poco.
Luego de una infinidad de rumores, el MVP de las últimas dos
temporadas firmó por cinco años más con un número que es absurdo incluso para
los estándares de la liga. En principio, Adam Silver y compañía deben estar
contentos porque esta vez funcionó el supermax pero ¿por cuánto?
El griego tiene 26 años recién cumplidos, se podría decir
que está en la cresta de la ola pero ya no se puede asegurar que es joven, está
en el promedio. Su juego hasta el día de hoy se basa en su físico por más que
personalmente no comparto con James Harden que lo ridiculizó afirmando que
prácticamente no tiene técnica. No es el más agraciado, pero está lejos de ser
limitado.
¿Por qué hago hincapié en ese aspecto? por la misma razón
que los especialistas de la NFL opinan que los QB atléticos no envejecen de la
mejor manera. Mi miedo con Anteto siempre fue ese, que tenga una lesión
importante o simplemente vaya disminuyendo su potencial. El cuerpo pasa factura.
En ese panorama, es casi urgente y no exagero, que necesita
aspirar de una buena vez por todas al campeonato. Los años anteriores coqueteó
con esa posibilidad pero me parece que muy pocos consideraban a los Bucks como
verdaderos candidatos.
Debo confesar que en estos días lancé alguna que otra
carcajada con las declaraciones de Mike Budenholzer de “esta temporada no es
plata o mierda”. Comprendo que es el coach y debe llevar tranquilidad al
plantel pero no engaña a nadie, ya sabemos que solo le queda una bala en la recámara.
Dicho todo esto, el contexto para Giannis es más complejo de
lo que la mayoría piensa. La gerencia de la franquicia aún se está recuperando
del tiro en el pie por el sign and trade de Bogdan Bogdanovic. Por más que este
movimiento fue catalogado como la frutilla de la torta, en realidad era otra
pata fundamental del proyecto a corto plazo. Sin dudas que les afectó este
revés.
Sin embargo, no todos son palos, hay que destacar a la mesa
chica de Milwaukee que intentó sacudir la plantilla de todas formas. La llegada
de Jrue Holiday no mueve la aguja pero es una pieza interesante. Ya no es un
All Star pero es rendidor y veterano, lo que necesita el equipo.
Ya con las cartas a la vista, paso a mi análisis puramente
personal. Mi teoría es que este acuerdo tiene una letra chica clave, que es la
de la eventual salida antes que se cumplan los años marcados en el papel.
No me entra por ningún lado que Giannis vaya a quedarse
hasta pasados los 30 pirulos sin conseguir su tan ansiado anillo. En esa
situación de sequía, lo que más sentido tiene es un traspaso en el que estoy
seguro que los Bucks no impedirían por una cuestión de agradecimiento.
Siguiendo por la misma línea, no me parece casualidad que en
las últimas horas hayan surgido rumores que informan que el MVP no pretende
irse de su actual casa sin dejar algo a cambio. Si alineamos todos esos datos,
la cosa tiene más sentido.
En fin, el tiempo dirá. Por ahora, lo único cierto es que
Antetokounmpo no se moverá en al menos un par de temporadas, le va a dar
chances a Milwaukee para que arme algo decente. Eso sí, vayan haciéndose la
idea de un intercambio si el panorama es el mismo. Quiere ganar y no va a
esperar.
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